Mercedes Roffé - Buenos Aires, 1954, poeta, traductora y editora. Entre sus libros de poesía destacan El tapiz (publicado bajo heterónimo, 1983); Cámara baja (1987); La noche y las palabras (1996); Canto errante (2002); Memorial de agravios (2002); La ópera fantasma (2005); Las linternas flotantes (2009) y el recientemente publicado Carcaj: Vislumbres (2014) en Vaso Roto Ediciones, de Madrid. Los poemas aquí compartidos fueron publicados por la autora en su página de facebook.
domingo, 22 de marzo de 2015
sábado, 14 de marzo de 2015
Cinco minicuentos / Pedro Arturo Estrada
NADJA ATÓMICA
Homenaje a André Bretón
Cuarenta días de sombra después, Nadja sonríe desde el lecho. Revela el último secreto de su cuerpo largamente soñado, nunca como ahora tan pleno, tan inalcanzable sin embargo. Cada rincón de su carne desata en el aire una fiebre extraña, más allá de sí misma. Junto a sus pies desnudos, el deseo comienza a erguirse. Asciende por sus muslos y estalla incontenible en sus pechos, desbordándola, incendiándolo todo alrededor, obligándola a huir desnuda hacia las calles sin detenerse. —Nadie osaría impedírselo y ya no hay tiempo, además—: El día se contrae, los relojes saltan. Ni el agua de las fuentes, ni la lluvia la apagan, y ella sigue corriendo entre follajes de gritos pelados, policías en desbandada, torres que se doblan, corazones de estaño que se deslíen.
Pronto el fuego captura los cuatro flancos de la ciudad. Algunos alcanzan a huir como ratas azufradas por las alcantarillas… ¿Y los poetas? Los poetas se cortan la lengua.
NEOSFERATUS
Pequeña fantasía nocturna
Abres los ojos y ya no puedes moverte: el claro de
luna te envuelve como a una estatua griega, pero el camisón transparenta la
forma viva, palpitante de tu cuerpo que me llama, que siempre me ha llamado y
deseado en secreto. Miras fascinada a través de mí la noche de Londres, gélida
y neblinosa. Sabes que desde el fondo de los siglos esperé por ti, y el momento
ha llegado: Tomo posesión de tu mente, tomo posesión de tus ojos, tomo posesión
de tu boca, tomo posesión de tus senos, tomo posesión de tu cuello y tu sangre
que fluye lentamente entre mis labios cenicientos...
Hacia el
amanecer te dejo, tendida como una rosa blanca sobre edredones negros. Y
regreso a mis soledades de pequeño, rutinario oficinista diurno.
LA CALLE
Cuando tomó por la vieja calle —a esa hora irregular—, rumbo a su casa, algo en su corazón más que en su mente le advirtió del peligro. Sin embargo, la costumbre, la inercia o esa extraña fascinación que experimentan los suicidas, le hizo avanzar casi tranquilo bajo la luz exigua de una lámpara, a través del silencio sólo disturbado por el eco de sus zapatos. Cuando se dio cuenta, notó entonces que aquel no era más su rumbo de siempre. Ahora, hipnotizado, caminaba descalzo — ya no había ningún eco —, sobre la superficie antigua y terrosa de su olvidada callejuela de infancia: alcanzó a advertir la vieja casa, la puerta abierta y de nuevo, como la primera vez, el mismo, oscuro abandono.
MAR ADENTRO
Se los dije: tenían que cerrar bien las llaves de la cocina. Y no sólo por el desperdicio o la gota del insomnio. Vigilar los desagües, e incluso el nivel de los tanques, la silenciosa veta de agua que venía del subsuelo. Ahora es demasiado tarde para todos, y el viento arrecia sobre las cortinas de la sala llevándose la casa y con ella nuestras vidas mar adentro, mar adentro...
SÓLO UN INSTANTE
Para Lucía
Se quedó callado, inmóvil y casi feliz. Era, tal
vez, ese momento único que debía aprovechar tras innumerables días y noches de
tedio. Un instante de hermosa extrañeza en el que la vida parecía detenerse sin
ruido, como un barco en la alta mar, bajo el cielo limpio y dichoso,
completamente ajeno a la idea del viaje mismo, vale decir, al tiempo, a la
noción de futuro y por tanto, de pasado. Quizá, entonces, era ésta la
oportunidad que siempre deseó para mirar el otro lado, verse de verdad tal como
era y comenzar de nuevo.
Cuando se dio cuenta, empero, llevaba ya
veinte años muerto.
***
(Tomados de su libro Des/historias, Cuadernos Negros Ediciones, 2012. Ilustraciones: Cuadros de Edward Hopper)
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