martes, 14 de febrero de 2012

Cuaderno del Ángel / Poemas



Esto es entonces el silencio. Una preparación, un dejar que la vida y la muerte tomen cuerpo en nosotros y nos obliguen a mirarlas de frente, sintiéndolas en cada uno de nuestros miembros como sustancias indivisibles en cuyo centro se descifra la existencia. Todo cuanto conocemos estará ahí, de pie, imposible y transparente. Todo buscará nombrarse y celebrarse en esa región en la que ya no somos uno sino muchos, en la que no habrá un antes ni un después sino la grandeza de un tiempo inabarcable y eterno. "Todo ángel es terrible", nos dice Rilke en el comienzo de su segunda Elegía. ¿Y cómo no aceptar esta afirmación cuando se está frente a una realidad que se levanta por encima de nosotros y nos llama y nos exige una conciencia de totalidad, de absoluto? ¿Una exigencia que promete desbordar nuestros presupuestos, descoyuntar nuestra primera concepción de las cosas, de la naturaleza, del corazón del hombre? ¿Una exigencia que romperá dolorosamente el cuerpo de lo posible para ir tras la sombra de lo imposible?

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Sílaba editores, 2012
Secretaría de Cultura Ciudadana, Alcaldía de Medellín